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Gustarnos a nosotros mismos, una auténtica necesidad

Con el paso de los años van apareciendo en nuestro cuerpo una serie de imperfecciones que nos molestan y que no nos permiten sentirnos todo lo cómodos que nos gustaría con él. Por desgracia, el tiempo no pasa en balde y, para más inri, las preocupaciones y las horas de trabajo también hacen mella –para mal, por supuesto– en nosotros.

Afortunadamente, los avances en ciencia y tecnología nos permiten hoy en día disfrutar de una serie de posibilidades para combatir todos esos elementos que hacen de nuestro cuerpo menos bonito de acuerdo con nuestros gustos. Estos avances, a fin de cuentas, suponen una gran ventaja para conseguir nuestra felicidad y recuperar esa confianza y esa autoestima que se han visto debilitadas a causa de esas imperfecciones que tanto daño nos han hecho.

Hace alrededor de un año, mi mujer me confesó que no se gustaba a sí misma. A causa de las múltiples preocupaciones que le ocasionaba el trabajo y los problemas que en los últimos tiempos había tenido con su familia, no dormía bien y como consecuencia habían aparecido en torno a sus ojos unas ojeras que le preocupaban enormemente y que quería hacer desaparecer para recuperar algo de vida y de alegría en su rostro.

Para conseguir dicho propósito teníamos que buscar a los mejores profesionales. No queríamos ponernos en manos de cualquiera, por lo que sabíamos que encontrar a los verdaderos expertos en la materia era realmente importante. A tal efecto nos pusimos en contacto con Pablo, un amigo nuestro que se había sometido a una corrección parecida a la que quería realizarse mi mujer. Fue él quien nos recomendó que nos pusiéramos en contacto con los responsables de la página web www.esteticaocular.com, una dirección en la que encontraríamos a verdaderos expertos en la materia que nos iban a echar un cable para resolver las incorrecciones de mi mujer.

Efectivamente, nos hicimos con los datos de contacto de aquellos profesionales y llamamos para comentar el problema y para que nos recibieran durante los días siguientes de cara a encontrar una solución al problema. Así lo hicieron y, cuando nos reunimos, le ofrecieron a mi mujer que se sometiera a uno de los tratamientos de cirugía plástica dirigidos por Cecilia Rodríguez, una auténtica eminencia en la materia.

Un proceso seguro y fructífero

Mi mujer estaba convencida con las explicaciones previas que la doctora Rodríguez le había transmitido para paliar esas ojeras que tanto le atenazaban. Solo con aquello ya había recuperado algo de su confianza e ilusión, algo que a mí me dejaba un poco más tranquilo. Sin embargo, todavía mi mujer no se había sometido al tratamiento y eso era realmente lo que podía dejarnos completamente seguros y felices.

Ella confirmó que quería someterse al tratamiento y finalmente comenzó a llevarse a cabo. Lo que más recuerdo de aquellos días era que mi mujer apenas parecía sufrir nervios. Estaba bastante segura de que hacía lo que más le convenía y por tanto parecía feliz y contenta. Yo también lo estaba: al fin y al cabo, ella se encontraba en manos de los mejores profesionales y su seguridad estaba más que garantizada.

En apenas unos días, su vida cambió por completo. Esas ojeras que tanto le preocupaban habían desaparecido y, al mirarse en el espejo, podía descubrir a una mujer cuyo aspecto se relacionaba mucho más con su verdadera edad. Esta sensación alimentó su moral, sus ganas de vivir y su energía. Volvía a ser la misma de siempre a pesar de esos problemas familiares que durante tanto tiempo le llevaban atormentando.

A día de hoy, mi mujer está feliz y contenta. Comenta con agradecimiento todos los cuidados a los que fue sometida con Estética Ocular y aprovecha para recomendarle a todo aquel que lo necesita que visite dicha entidad. Para ella, acudir allí supuso un antes y un después. Creo que, para todos aquellos que no se encuentren contentos consigo mismos, esa visita puede suponer una gran oportunidad para redimirse.

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