Cuidar de la salud está más a mano de lo que solemos pensar cada uno de nosotros y nosotras. Día a día, hacemos cosas que le vienen de perlas a nuestra salud sin que seamos conscientes de ello. Cuando comemos verdura, lo hacemos. Cuando estamos haciendo deporte, también. Cuando salimos a andar, estamos apostando del mismo modo por esa salud. Y, además de todo esto, hay otro tipo de cosas que ni siquiera sospecharíamos que tienen beneficios para nuestra salud. Y es precisamente de eso de lo que os queremos hablar a continuación: de los beneficios que tiene el vino para nuestra propia salud.
¿Alguna vez habíais llegado a pensar en que el vino tiene efectos positivos en vuestra salud? Si no es así, no os vamos a culpar, faltaría más. No es algo que suela pensar mucha gente. Para empezar, os diremos algo que es básico: este producto solo será saludable si lo consumimos de manera moderada. Ya sabéis que los abusos pueden ser perjudiciales prácticamente con cualquier tipo de producto o alimento. El vino no se iba a escapar de esa cuestión y es precisamente por esto por lo que tenemos que procurar que su consumo sea responsable en todos los casos. Es necesario si queremos cuidar de nuestro propio bienestar.
Pero, ¿por qué es el vino un producto saludable? Una de las claves la ofrece el apartado de salud de la página web de Mapfre. En ella, se habla de una sustancia que se conoce como polifenol. Los polifenoles tienen entre sus características unas propiedades antioxidantes que actúan como protección ante algunas enfermedades. Suelen estar presentes en los vegetales (en este caso, en la uva) y este es uno de los secretos que hacen que el vino pueda ser considerado como uno de los productos que se suele relacionar con un buen estado de salud, especialmente si hablamos de un tipo de vino como lo es el tinto.
Por todo ello, podemos decir que tomar una pequeña copa de vino cada día no le hace mal a nadie. De hecho, seguro que habéis escuchado a alguien decir lo que estábamos comentando más arriba: que un poco de vino cada día es algo que le puede venir bien a nuestro organismo. Hay muchas personas que tienen esa rutina y es algo que han mantenido a lo largo de buena parte de su vida. Además de por ese cuidado provocado por la sustancia antioxidante de la que os hemos hablado, podríamos decir que el vino también es un producto idóneo porque suele ser consumido en un momento en el que hemos dejado de lado, al menos por unos minutos, la rutina y el estrés en nuestro puesto de trabajo.
Por eso se le tiene tanto cariño al vino: porque solemos relacionarnos con momentos de ocio, de disfrute. Es muy típico que tomemos vino cuando nos hemos marchado del trabajo o cuando hemos parado para comer. También es bastante típico que el viernes, último día de trabajo de la semana para un montón de gente, haya equipos de trabajo enteros que hayan quedado fuera de su ambiente laboral para disfrutar de un rato de distensión. Eso es de una enorme importancia para los distintos equipos y la verdad es que todo el mundo suele valorar el hecho de poder disponer de momentos como de los que estamos hablando.
Hablamos, además, de un producto que ha variado de manera bastante interesante el público que le consume. Hace décadas, hacia mediados del siglo pasado, eran hombres de mediana o avanzada edad los que solína beber vino. En la actualidad, este target ha crecido puesto que ya no son solamente hombres de mediana y avanzada edad los que suelen consumir vino, sino que también podemos estar hablando de mujeres de esos mismos rangos de edad y también gente joven (tanto hombres como mujeres, en este caso). Eso es lo que hace que este producto se encuentre en uno de los mejores momentos de su Historia, en línea con lo que han apuntado numerosos expertos de este sector.
Statista publicó un gráfico sobre los países que consumen más vino del mundo. Limitó el estudio al año 2023. El primer elemento de este estudio fue Portugal, que consumió en dicho periodo un total de 54 litros por persona. Italia y Francia ocuparon el segundo y tercer escalón en ese ránking, mientras que España ha visto crecer el número de consumidores durante los últimos años, estando todavía por debajo de esos tres países. España viene siguiendo una buena tendencia en ese sentido y la verdad es que, teniendo en cuenta que cada vez más gente es consciente de la contribución que tiene el vino para con nuestra salud, estamos seguros de que va a ir creciendo la cantidad de gente que consuma vino en España.
Estamos, además, en un país en el que el vino es un producto que forma parte de la más tradicional gastronomía. El vino se sienta en la mesa del queso, del pulpo, de la paella, del jamón y de otros muchos alimentos que, desde luego, componen una de las mejores ofertas culinarias que se pueden tener en todo el mundo. Hay grandes porciones de terreno en la geografía española dedicadas a la vendimia y la verdad es que eso quiere decir que nuestro país dispone de una gran tradición en este sentido, así como los medios idóneos para tratar de seguir siendo una referencia mundial en este sector.
El vino tinto y la salud van de la mano. Pero hay que tener en cuenta una cosa: el mimo que se requiere a la hora de cultivar la vid, realizar la vendimia y proceder al proceso de producción tiene que ser absoluto. También es imprescindible todo lo que tenga que ver con la tierra. La Ribera del Duero, como ya sabréis, es una de las mejores para el cultivo de vino y hay bodegas que se enorgullecen de formar parte de esta zona. En ese sentido, los dirigentes de Bodegas Federico publicaron un artículo titulado «Un paseo desde Pesquera de Duero a Curiel de Duero» donde reivindican el papel de la tierra en el cultivo de un vino que sea de calidad y que, por tanto, sea saludable para todas aquellas personas que confíen en él.
Como es lógico, nada es sano si no se ha producido de una manera en la que se cuide perfectamente de todo lo que tiene que ver con sus procesos. Ya sabéis que todo lo que se produce de una manera extremadamente industrial tiene sus peligros, así que es conveniente que se ponga siempre en valor todos aquellos procesos que estén más vinculados con la tierra y con un modo artesanal de hacer las cosas, algo que es bastante habitual en muchos de los viñedos de nuestro país y, en concreto, de la Ribera del Duero. Lo natural es siempre mucho más saludable que lo que siga un proceso demasiado extenso en el interior de una fábrica.
Muchas veces no valoramos lo que tenemos cerca de nosotros. Hay pocos productos de proximidad que sean de tanta calidad como el vino. Podemos ir circulando por una carrera o caminando por un camino de tierra cercano a nuestro municipio y ver perfectamente campos enteros de viñedos. Podemos ser testigos de cómo, poco a poco, va creciendo una enorme cantidad de racimos de uvas. Y podemos ver cómo, desde finales de agosto hasta el mes de octubre, se produce la vendimia, de la cual vive, por cierto, mucha gente en el interior de nuestras fronteras. No nos digáis que no es bonito ir viendo poco a poco cómo la naturaleza va generando un producto tan interesante como el vino.
Para cada paladar hay una variedad
Uno de los secretos en lo que tiene que ver con el gusto por el vino en España tiene que ver con la enorme variedad de caldos que se producen en el interior de nuestras fronteras. Y es que no cabe la menor duda de que, para cada paladar, hay una variedad de vino diferente esperando a ser consumida. Los hay tintos, blancos, reservas, crianzas… y es verdad que, a cada persona en concreto, le puede gustar más un tipo que otro. Eso hace que el amor por el vino en España no para de crecer en ningún momento tanto en el interior de nuestras fronteras como en cualquier otra parte del mundo.
Estamos hablando de uno de los grandes productos del mercado del gran consumo. Un producto que cuenta con una historia que para sí quisieran muchos otros alimentos. Un producto que, además de caracterizar esos momentos de los que siempre nos vamos a acordar, también nos resulta de gran utilidad puesto que ayuda a mantener en buenas condiciones nuestro estado de salud. ¿Cuánto valor tiene eso para nosotros y nosotras? ¿Cuántos productos con tanto sabor y que forman parte de nuestros mejores momentos nos ayudan a conseguir ese bienestar? No tantos. Por eso hay que guardarle tanto cariño al vino.