Las clínicas privadas a veces necesitamos renovarnos para dar la mejor asistencia a nuestros pacientes. Aunque estos años han sido una locura y la cosa no estaba para muchas renovaciones, parece que poco a poco ha ido mejorando la cosa.
A finales del año pasado, viendo que ya las cosas iban para arriba, tomamos la decisión de renovar algunos equipos sanitarios y todo el mobiliario. Tuvimos hasta que cambiar las sillas de la sala de espera que ciertamente estaban en un aspecto bastante lamentable.
Las sillas de piel, lo mismo que los sofás, están muy bien y lucen mucho, pero estaremos de acuerdo en que no más, se conservan fatal y envejecen peor. Además, esto no es como los asientos de tu coche, que lo cuidas y te duran mucho, aquí se sientan todo tipo de personas y una pequeña rajita que se haga, puede llegar un niño y hacerla el doble con sus dedos.
Tomamos la decisión de optar por mobiliario más racional y moderno, eso sí, que fuera de calidad y no dañase la columna de la gente. En más de una clínica y hospital he visto sillas donde aguantar más de una cuarto de hora en ellas era un potro de tortura.
Había que reformar nuestro mobiliario con urgencia
¿Cómo vamos a estar bien considerados como clínica de salud si ni si quiera cuidamos bien a nuestros pacientes? Hay que dar ejemplo y teníamos que buscar una empresa buena y que fuera relativamente económica.
Tocaba ponerse las pilas y encontrar una buena tienda. Un médico de radiología nos recomendó Dismobel, que contaba con tienda online y entramos a verla. La verdad es que fue todo un acierto, aunque el catálogo de muebles de oficina era tan grande que lo complicado era elegir entre tantas opciones.
Decidimos contactar con ellos y nos asesoraron sobre cuales podían convenirnos más. La persona que nos atendió al teléfono nos comentó que bastantes clínicas suelen llamarles, por lo que en esto ya tenían experiencia. La verdad que se notaba, pues nos comentó varios datos sobre las características que tenían que tener las sillas para que fueran lo más cómodas posibles, tanto las de nuestros pacientes como las de los profesionales que trabajamos en el centro.
El resultado no pudo ser mejor y encima a un precio bastante mejor que el de otra famosa marca que tanta fama tiende de buenos precios y luego no lo son tanto.
Mi recomendación si tenéis una clínica o una simple oficina, es que optéis por un lugar que os ofrezca confianza, bien porque lo conozcáis o por las opiniones que haya sobre el mismo en Internet. Nosotros optamos porque lo trajeran todo a la clínica y tan cómodamente unos días después ya contábamos con todo el mobiliario.
Otras herramientas que compramos nuevas tardaron alrededor de una semana más en la tienda donde las compramos, pero, aun así, de verdad que merece la pena, te ahorras un dinero bastante considerable y la calidad de los productos es la misma.
Esta ha sido mi experiencia y tantos los trabajadores como los pacientes, ya nos han agradecido unos cambios que más que nunca son hacia mejor.