El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, conocido por sus siglas TDAH, es uno de los trastornos infantiles más habituales.
Fue en el año 1992 cuando este trastorno fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10) como una enfermedad clínica.
Los alumnos con TDAH no son capaces de seguir el ritmo académico y tienen más posibilidades de ser víctimas de fracaso escolar. Los niños que sufren este trastorno representan entre un 4,9 y el 8,8 por ciento de la población.
Los alumnos con este trastorno empiezan a tener más problemas en la ESO, porque acceden a estudios más avanzados. Es aconsejable un plan individualizado para cada alumno, pero que nunca se margine.
Es necesario un profesorado formado en este trastorno, que les ayude a comprender los conceptos y también a saber expresarlos. Se desconocen las causas del origen del TDAH, pero varios estudios científicos han comprobado que la transmisión genética tiene un papel esencial.
El mismo trastorno no es igual para todos. “Los niños tienen perfiles con mayor afectación de la regulación de la conducta y de los impulsos y, por lo tanto, tienen más dificultades de conducta, suelen ser más disruptivos. Las niñas, por su parte, tienen en la mayoría de los casos más dificultades en la competencia atencional, en la competencia ejecutiva y también en los procesos de aprendizaje”, explica Sara Ortega, neuropsicóloga y directora de Fundación CADAH (Cantabria Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad).
Los niños suelen tener perfiles más desafiantes y más problemas de impulsividad, es muy importante que en la terapia aprendan a inhibir sus impulsos y a autocontrolarse.
Síntomas
Los síntomas aparecen antes de los 12 años y se manifiestan durante al menos seis meses. Muchos padres no saben lo que le pasa a su hijo, porque se puede manifestar con predominio de déficit de atención, con predominio de hiperactividad o combinado.
Los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad son los siguientes:
-Impulsividad y dificultad para mantener la atención y concentración.
-Tienen problemas para relacionarse con otras personas.
-Les cuesta mucho mantener su turno o esperar para conseguir un objetivo o refuerzo. Además, interrumpen constantemente.
-Muestran nerviosismo cuando están parados.
– El control del impulso es inadecuado y muestra conductas en ocasiones disruptivas.
-No pueden permanecer sentados en su sitio y necesitan moverse.
-Les cuesta tomar la iniciativa para realizar cualquier tarea que requiera esfuerzo o concentración.
-Tienen olvidos o se muestran despistados.
-Tienen problemas para organizarse.
-Provocan conflictos en el aula.
-Actúan sin pensar o tienen dificultades de autocontrol.
-Responden de manera automática a lo que les parecen provocaciones.
-Parece que sueñan despiertos.
-Se olvidan de una orden que le acaban de mandar.
-Hablan mucho, ya que tienen dificultades para permanecer en silencio.
Actividades y juegos para niños con TDAH
Para aliviar los síntomas, pueden realizar los siguientes juegos:
-Juegos de construcción.
-Juegos de flexibilidad cognitiva como, por ejemplo, juegos de secuencias y juegos donde se pueden cambiar las reglas obligándole a cambiar la respuesta.
-Actividades deportivas.
¿Qué deportes pueden practicar los niños que tienen TDAH?
Se les recomiendan los siguientes deportes:
Natación
Es un deporte idóneo para niños con TDAH porque es un entrenamiento completo y van a quemar mucha energía. Además, aprenderán a respirar y ganar confianza.
Fútbol
Estos niños tienen problemas para relacionarse, con este deporte pueden conocer otros niños y mejorar las relaciones sociales.
Bicicleta
Es muy importante que salga con los amigos, la bicicleta puede darle sensación de libertad, sobre todo, si anda con ella.
Judo
También se recomienda el judo, porque le ayudará a concentrarse y a mejorar la autoestima.
¿Cuál es el tratamiento?
En la mayoría de las ocasiones se recurre a los fármacos, pero el tratamiento también se centra en el desarrollo de habilidades sociales y del control del impulso.
Los profesionales del Centro Psicopedagógico Cristina Hormigos informan que las habilidades sociales y emocionales son básicas y necesarias para garantizar el desarrollo global de los niños/as.
También es importante en el tratamiento mejorar la autoestima, porque muchos niños tienen sentimientos de inadecuación, que les afecta en el ánimo y en sus síntomas.
En la mayoría de los casos es fundamental centrarse en el desarrollo de la autonomía para que el niño sea capaz de levantarse, de ir a desayunar, de vestirse, de preparar su mochila, de coger todas las cosas que necesita, etc.
Es muy importante un diagnóstico precoz y el centro debe ofrecer una respuesta educativa adaptada a sus necesidades. La familia debe estar implicada y manejar esta problemática con una actitud positiva.