Termina la temporada de fútbol y, para los verdaderos acérrimos del deporte rey, es tiempo de comenzar a pensar ya en la siguiente. Después de un año de intensos partidos los domingos, quizás sea tiempo también de comenzar a pensar en renovar la principal arma del futbolista: sus botas. Tiendas de botas de fútbol online como Marian’s Sport disponen de un amplísimo catálogo donde escoger aquellas botas que más se ajusten a nuestros gustos y nuestras características de juego.
No obstante, la elección de unos modelos u otros no debe depender de nuestra voluntad de calzar los mismos borceguíes que Cristiano Ronaldo o Lionel Messi para tratar de emular sus jugadas sobre el césped. La salud tiene la primera palabra en la selección. Ya los propios fabricantes suelen lanzar indicativos sobre las características especiales de cada ejemplar, destinado a potenciar características como la velocidad en carrera, la precisión en el pase o la potencia en el disparo. En el primer caso, suele tratarse de botas elaboradas con materiales especialmente livianos que, sin embargo, tampoco descuidan conceptos físicos como la tracción y el agarre para los arranques al esprín y las frenadas en seco que identifican a los regateadores en carrera. Incluso los llamativos colores que lucen este tipo de diseños pretenden cumplir una función: hacer visible cada desmarque del jugador para sus compañeros de equipo. Por su parte, las zapatillas destinadas a favorecer el control del toque y el pase acostumbran a poseer refuerzos en el diseño de las zonas de recepción del balón, la cara exterior y, sobre todo, la cara interna de la bota, aquella con la que se realizan con mayor precisión los pases, a lo que se añade una suela pensada para conferir soporte y estabilidad en el giro de cuerpo y el desplazamiento de balón.
Además del estilo de juego, otro factor primordial a la hora de decantar la decisión se refiere al tipo y la frecuencia de uso que se le vaya a dar al calzado, puesto que no es lo mismo ser un jugador de pachanga ocasional entre amigos fondones o pichichi de los tradicionales duelos anuales entre solteros y casados que ser un mediapunta creativo que se emplea a fondo cada fin de semana en la agresiva liga de aficionados o un central rocoso que se juega el puesto de trabajo cada miércoles en la prestigiosa liga de empresas de su ciudad. El hábito y la frecuencia de juego inciden en la apuesta por un mejor precio aunque sin descuidar la calidad, como en los primeros ejemplos, o en unas mejores prestaciones ergonómicas a pesar de que haya que acometer un mayor esfuerzo económico, como en los otros dos. Aquí, empeñar diez euros más en unas botas ligeras y de suela flexible merece la pena frente a pillar las primeras zapatillas marca Adadas y fabricadas con plástico duro que tenga el todo a cien de debajo de casa, aunque solo sea para evitar pagar una factura mensual al fisioterapeuta debido a las lesiones sufridas por tratar de esprintar como Pierre Emerick Aubameyang calzando estas botas inadecuadas.
La suela, como decimos, es la piedra angular sobre la que descansa la salud de la bota de fútbol. Una suela rígida en exceso es fuente de lesiones, ya que el pie no se moverá con naturalidad y se encontrará aprisionado en un calzado que, más que nada, actuará como un cepo o una cárcel. A partir de las plantas de los pies se rige el funcionamiento del resto del cuerpo, o sea que no es una cuestión cualquiera. Los tendones del tren inferior, como los de la región de los tobillos, los talones y las rodillas, son los primeros afectados de esta mala postura inducida por la rigidez de la bota, fuente de molestas tendinitis que pueden tener consecuencias muy graves para el deportista aficionado. Los grupos musculares de las piernas, de igual modo, se pueden ver afectados con sobrecargas derivadas de unos movimientos corporales que tratan de manera forzada de corregir los desajustes derivados de estas suelas tan rígidas. Y, de ahí, los dolores en la zona lumbar, las mialgias en la espalda y el cuello, etcétera. Pero, por otro lado, una suela demasiado flexible tampoco es recomendable. Los extremos se tocan: una suela endeble produce el mismo tipo de lesiones que una suela inflexible. Y, además, se desgastará pronto a causa del esfuerzo. En lo que respecta a los materiales, los más frecuentes son el poliuretano, que ofrece una notable durabilidad y resistencia, el poliuretano termoplastico, que aguanta en mayor medida a la abrasión provocada por las medias de la equipación, y el caucho, destacado por sus prestaciones en cuanto al agarre de la bota en el terreno de juego.