A todos nos gusta la limpieza. De hecho, hay alguna gente que es extremadamente escrupulosa con la limpieza, rayando casi la manía o la enfermedad. Y también en el sector empresarial hay compañías que han hecho de la pulcritud su bandera, como es el caso de Gadeslimp, líder en los servicios de limpieza de Cádiz, reconocida con el certificado de calidad en el año 2003. Pero más allá del deseo de verlo todo reluciente hay lugares especiales en los que la limpieza es fundamental y en los que es primordial una muy buena desinfección, como pueden ser las piscinas, tanto públicas como privadas, y sobre todo las interiores, las climatizadas, pues por sus condiciones de humedad y calor son los lugares idóneos de caldo de cultivo y contagio de virus, hongos y parásitos. Y cuanto más elevada es la temperatura, mayor facilidad tienen para reproducirse.
A pesar de los exhaustivos controles a los que se someten las piscinas, las condiciones para que estos microorganismos patógenos se desarrollen son excelentes. Hongos como la candida albicans, que se contagia por contacto, pueden afectar a la piel, boca u órganos sexuales, así como a la planta de los pies. El papiloma plantar se evita caminando con chanclas sobre las superficies húmedas, como pueden ser duchas o vestuarios. El pie de atleta afecta a los pliegues interdigitales y a la planta del pie, y la conjuntivitis, que es inflamación del tejido conjuntivo del ojo, se coge por nadar con los ojos abiertos. Estas son, aunque hay muchas más, algunas de las infecciones más comunes y frecuentes que se pueden contraer en una piscina.
Mi experiencia
Yo el año pasado me inscribí en una piscina pública que tengo muy cerquita de mi casa a un curso de aquagym, puesto que me encanta y me lo recomendó el médico, pues es una forma genial de hacer gimnasia en el agua que no requiere tanto esfuerzo y al mismo tiempo disminuye el impacto sobre las articulaciones, y te lo pasas muy bien. Pues como iba diciendo, a pesar del cuidado que tuve en el uso de las chanclas, y por supuesto no compartí toalla con nadie, pues era consciente de los riesgos de contagios que podía tener, acabé teniendo un papiloma plantar o verruga plantar, a la que al principio no le hice caso, no sabía lo que era. Supuse que era una vulgar verruga, pero con el paso del tiempo se fue haciendo dolorosa y tuve que ir al podólogo.
El especialista me explicó que estaba producida por el denominado virus del papiloma humano, que aparecen en las plantas de los pies. En mi caso, concretamente, en el puente del pie. Normalmente se contagian a aquellas personas cuyo su sistema inmunitario está debilitado o que están llevando una gran carga de estrés. Se reproducen muy fácilmente y una vez que una persona desarrolla una verruga en poco tiempo tendrá más. El podólogo me lo quemó con un líquido especial y me dijo que tendría que volver durante varias sesiones, como así hice, pues la verruga crece hacia adentro y tiene que ir raspando con un bisturí lo quemado hasta llegar a unos puntitos que sangran y nuevamente vuelve a quemar. Y así sucesivamente hasta acabar con ella. Ayer tuve la última sesión.
Por eso es tan importante tener una excelente limpieza y la utilización de buenos productos desinfectantes en las piscinas, puesto que estas infecciones, aunque en su mayoría no son graves, sí son muy molestas y algunas muy latosas y difíciles de tratar y eliminar.