Últimamente siempre que quedo con un amigo me cuenta que anda con molestias en las muelas del juicio y que se las tiene que quitar. Casi todos me cuentan historias dignas de una película de terror sobre sus experiencias con las muelas del juicio así que no tenía ningunas ganas de que salieran las mías.
Lo cierto es que a mí me han tardado bastante en salir, y debido a mi falta de información sobre el tema pensaba que esto era algo malo. Tampoco sabía muy bien cuándo era necesario quitarlas y cuándo no, ni cómo se supone que es realmente la intervención. Me imaginaba que dolería mucho, pero esto tampoco lo sabía realmente.
Así que decidí pedir una consulta en Clínica Dental Olivares, que para mí es donde se pueden encontrar los mejores dentistas en Albacete, especialistas titulados y en continúa formación para ofrecerle el mejor servicio para realizarle el tratamiento odontológico que necesite.
Todo el equipo de la clínica dental trabaja bajo un lema, “Sonríe y cómete el Mundo”. Se nota como se toman su trabajo con esta filosofía en cada pequeño detalle y en el trato con el paciente. Realmente buscan “Diseñar sonrisas, quitar dolor, ayudar a la gente a masticar y poder comer mejor”.
En la clínica me explicaron que las muelas del juicio o cordales son los terceros molares: son cuatro muelas, una por cada cuadrante bucal, que se encuentran al fondo de la boca.
Reciben el nombre de “muelas del juicio” porque suelen erupcionar alrededor de los 20 años, cuando la persona ya tiene un “juicio” más desarrollado; aunque esto no siempre es así y es posible que aparezcan antes o que, en algunas ocasiones, nunca lleguen a salir.
A veces, incluso, solo salen una o dos: no siempre salen las cuatro y no siempre salen a la vez. Al erupcionar más tarde que los demás dientes, es habitual que afecten a otros dientes en el proceso, moviéndolos o torciéndolos en su ubicación.
Qué hacer una vez que te han salido las Muelas del Juicio
Cuando las muelas del juicio no han erupcionado de forma correcta suelen dar lugar a muchos problemas en nuestra boca que pueden incluso afectar a las piezas dentales más cercanas, debido a esto, a veces, hay que ponerse una ortodoncia.
Al encontrarse en el fondo de la boca, el lugar de las muelas del juicio es complicado de limpiar, algo que puede favorecer la aparición y proliferación de bacterias e infecciones y, a causa de esto, la inflamación del tejido y la aparición de caries y de dolor. En el caso de que aparezca una infección debido a la erupción de la muela del juicio, es necesario extraerla.
También se debe extraer cuando condiciona la posición de los demás dientes ya que muchas veces estas muelas nacen torcidas. Además de modificar la posición de los otros dientes, una muela del juicio mal posicionada puede llegar a causar caries y necrosis de la pulpa en las piezas más cercanas, por ello es mejor no tener que contar con ella y que nos esté perjudicando.
De hecho, para estar seguros del estado de mis muelas del juicio un profesional sanitario me hico una exploración y una radiografía panorámica de mi boca para saber así, el estado en el que se encuentran nuestras muelas del juicio, si están creciendo de forma correcta o si van a afectar a otras piezas dentales. Él es el mejor para aconsejarnos si debemos o no extraer las muelas del juicio.
Por suerte, me dijo que las mías, en un principio, no tenían por qué darme ningún problema y que no necesitaba ninguna intervención.
En caso de necesitar una intervención, ésta la lleva a cabo un cirujano con anestesia local, y una parte importante del preparatorio frente a la operación es el control del estrés y la ansiedad del paciente. En ocasiones se puede utilizar sedación para dormir a la persona, dependiendo de la situación de la pieza que hay que sacar y del historial del paciente.