Los pros y contras del vino sobre nuestra salud

Mientras que siempre se ha dicho que el exceso de productos que contienen un porcentaje de alcohol son perjudiciales para la salud, muchos defienden que en ciertas cantidades, bebidas como el vino pueden traernos ciertos beneficios. De hecho, tras varios estudios realizados por el sector sanitario y de nutrición, se ha confirmado dicha creencia, otorgándole al vino propiedades saludables siempre en cantidades moderadas.

Por ejemplo, algunos de sus componentes son antioxidantes, mejor conocidos como polifenoles, los cuales tienen una capacidad antioxidante con potenciales beneficios para la salud. Así, se les atribuye un importante papel en la reducción del riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Por otra parte, el vino también cuida nuestra figura, ya que si nos encontramos de cara a alguna dieta, por ejemplo para la tradicional “operación bikini” del verano o para encajar en el vestido de algún evento especial, no afectaremos el resultado final por tomarnos hasta dos copas de vino al día.

Sin embargo, hay muchas opiniones contrarias en relación al efecto del vino (y sus cantidades) sobre nuestra salud, por lo que, nuestros amigos de Bocopa, expertos en vino, nos ayudan a esclarecer el asunto.

El particular caso del vino tinto

El caso del vino tinto es un tanto peculiar. Esto porque aunque, como ya sabemos, es una bebida que tiene alcohol, también nos ofrece una rica fuente de polifenoles; los cuales son más que beneficiosos para nuestro organismo, ya que evitan el envejecimiento prematuro de nuestras células.

En el caso de enfermedades cardiovasculares, otros componentes del vino tinto, como los flavonoides, ejercen un efecto protector contra las mismas gracias a sus propiedades antioxidantes.

Por otro lado, en aquellas enfermedades de tipo tumoral, como los tumores de mama, próstata y leucemias, el resveratrol tiene un efecto tumoricida in vitro, es decir, es capaz de inhibir el crecimiento de células tumorales. De hecho, un estudio reciente ha mostrado el papel protector del consumo de uno o dos vasos de vino tinto al día frente al cáncer de pulmón en fumadores.

Y es que se considera que 40 gramos de alcohol al día (1/2 litro) para el hombre y 20 gramos (1/4 litro) para la mujer son cantidades que el organismo puede metabolizar y que puede ofrecer muchas bondades a la salud.

No obstante, el nivel de toxicidad para el alcohol depende de varios factores; la edad de la persona, su complexión corporal, su estado de salud o si ha consumido o no alimentos junto con la bebida alcohólica. Por este motivo, las personas habituadas a beber vino deben saber que no es saludable tomar más de dos vasos al día (125 cc cada vaso), ya que en ese caso, el vino, más que beneficioso, pasaría a convertirse en un perjuicio para nuestra salud corporal y bienestar mental.

Los beneficios del vino para nuestra salud

Algunos beneficios de la ingesta moderada del vino tinto son:

  • Una mejor salud intestinal

Un estudio de 2019 de la revista ‘Gastroenterology‘ halló que las personas que bebían vino tinto tenían una mayor diversidad de flora intestinal en sus intestinos comparado con aquellas que no lo hacían regularmente.

Dicho resultado, a su vez, se relaciona solo al consumo del vino tinto, ya que se encontró que, por su parte, el vino blanco y sus derivados no tienen el mismo efecto. Esto se cree que es porque al tener más variedad de bacterias la digestión de los alimentos es más completa y perfecta.

Por otro lado, en dicho estudio se encontró que los bebedores de vino tinto también tenían menos probabilidades de ser obesos, con niveles más bajos de colesterol en sangre. Claro, siempre y cuando no te pases de copas.

  • Un corazón más saludable

Otra investigación, esta vez de parte de la revista médica ‘Circulation‘ arrojó que el etanol y los polifenoles presentes en el vino pueden contribuir a proteger contra enfermedades cardiovasculares crónicas, sobre todo las cardíacas.

Además, los taninos pueden reducir la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2 ya que «Los antioxidantes presentes en el vino aumentan el colesterol saludable para el corazón y mantienen el sistema inmune fuerte», asegura Kristine Arthur, médica interina en el Orange Coast Memorial Medical Center de California, y agrega: «Este tipo de colesterol también ayuda a prevenir la acumulación de placa mala en las arterias, lo que también puede ayudar a prevenir ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares».

  • Huesos más fuertes

Si consumes alcohol en exceso, tienes más riesgo de sufrir osteoporosis, pero si lo consumes en pocas cantidades, se produce lo contrario. Esto según un estudio de 2017 que defiende que beber poco está relacionado con una mejor densidad ósea en mujeres posmenopáusicas.

  • Una mente más despierta

Es imposible evitar que la mente vaya perdiendo fuerza a medida que envejeces. Pero, si bebes una copa de vino por las noches, estarás ayudando a reducir estos efectos del envejecimiento en la capacidad mental. Esto según un estudio de 2014 realizado por la revista ‘Clinical Nutrition’ en el que se estudiaron a casi más de 1.500 personas y se encontró que las personas de 65 años o más que disfrutaban de un leve consumo de alcohol, en concreto de vino, tenían una mente en mejor estado que los que no.

Los contras detrás de una copa de vino al día

Como dijimos anteriormente, aunque es verdad que el consumo moderado de vino trae muchos beneficios a nuestra salud física y mental, este consumo también está asociado a algunos problemas.

Por ejemplo, nuestro hígado podría salir dañado, además de aumentar el riesgo de padecer afecciones como fibración auricular y arritmia cardíaca.

Por otro lado, al beber alcohol antes de acostarnos, más allá de sentir una liviana sensación de sopor,  podemos tener un sueño de onda lenta, mejor conocidos como actividad delta. Durante este tiempo, la actividad alfa, otro tipo de patrón cerebral, también se activa; y juntas pueden inhibir el sueño reparador.

Además que, en cuanto a la salud mental, se puede decir que el alcohol y el estado de ánimo de una persona siempre han tenido una relación complicada. Y es que este variará según la cantidad de alcohol que tomes y a factores personales. Por ejemplo, suele suceder que muchas personas recurren al alcohol cuando se sienten preocupados, estresados o deprimidos debido a la dopante y placentera sensación que te ofrece tomar una copa. Dicha sensación es provocada por los neurotransmisores de serotonina, dopamina y péptidos opioides que se liberan al ingerir el alcohol. El problema es que aunque nos puede revitalizar de momento, a la larga nos terminará provocando depresión y en el peor de los casos, caeremos víctimas del alcoholismo.

Lo que dice la OMS

Según Paloma Quintana, dietista-nutricionista y miembro de la asociación Dietética sin patrocinadores, varios estudios han demostrado que el consumo regular de vino puede traer más problemas que beneficios a nuestra salud. Por ejemplo, se ha establecido una «relación causal directa» entre el consumo de alcohol moderado y el riesgo de padecer cáncer. Incluso, es posible que esté relacionado con otros tipos y que, conforme aumenta el consumo, mayor es el riesgo de padecer esta enfermedad.

Por otro lado, en el 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un extenso documento, Alcohol in the European Union. Consumption, harm and policy approaches, en el que se señalaba que «aunque se ha encontrado un pequeño efecto protector entre el consumo ligero y moderado de alcohol sobre las enfermedades isquémicas, su consumo ha de considerarse como enormemente tóxico para el sistema cardiovascular».

El informe, tal y como explica el dietista-nutricionista Juan Revenga, señala que, aunque algunos estudios parecen demostrar que el consumo ligero y moderado tiene un efecto protector en lo relacionado con enfermedades isquémicas, el efecto en verdad se debe más a otros factores que al vino como tal.

Además, la OMS también señala que:

No existe ningún efecto protector para los más jóvenes, quecualquier efecto protector «desaparece» si se produce un consumo excesivo aunque sólo sea una vez al mes y que, en lo relacionado con las personas mayores, la reducción del riesgo de fallecimiento por enfermedad isquémica se obtiene de forma mucho más efectiva mediante la realización de actividad física y con una dieta más saludable que tomando bajas cantidades de alcohol.

En conclusión, los expertos más bien piensan que se debe desterrar la creencia de que tomar una copa de vino al día es una práctica saludable. Porque no lo es, en absoluto. Un consumo consciente de este tipo de bebidas es incluso por debajo de esa medida.

Otras opciones más saludables

No te diremos que destierres el vino de tu vida, pues si que aporta beneficios si se ingiere con consciencia. Lo que puedes hacer si su ingesta se había vuelto una rutina es intentar apostar por opciones más naturales.

Por ejemplo, ya que la uva de la cual se obtiene el vino es la que nos aporta estos beneficios tan interesantes para el organismo, podemos optar por otras variedades más saludables y sin alcohol que, también, incluyan los nutrientes de la uva. Así, se podría comer uvas más seguido para nutrir nuestro organismo con polifenoles y otros componentes antioxidantes, mientras que reducimos el efecto nocivo del alcohol.

 

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