Los servicios de limpieza en Barcelona de Eurobrill o Servinet del Vallès, desempeñan un papel clave en los hospitales. Si la higiene es muy importante en todo el recinto hospitalario para evitar las infecciones de los enfermos, todavía lo es más en los quirófanos, donde la vulnerabilidad es mayor. No en vano, uno de los riesgos de las intervenciones quirúrgicas son las infecciones. Aunque las infecciones contraídas por los pacientes ingresados en los hospitales han descendido en los últimos años, todavía siguen teniendo incidencia. Se sabe que las infecciones intrahospitalarias afectan más a los enfermos con las defensas bajas y que el riesgo es mayor en los grandes hospitales (como los de Madrid y Barcelona) que en los medianos y pequeños.
Los porcentajes más altos de contagio se producen en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y en las zonas quirúrgicas. Un quirófano o un instrumental infectado por falta de esterilización o limpieza pueden provocar un daño muy serio al paciente intervenido, ya que se puede contaminar y complicar el proceso de recuperación después de la operación.
Protocolos de limpieza
Para minimizar al máximo el riesgo de infecciones, los hospitales siguen unos protocolos muy estrictos de higiene y limpieza, sobre todo en los quirófanos. En las salas de operaciones hay que distinguir entre el material clínico y el no clínico. Los auxiliares de enfermería se encargan de limpiar y esterilizar los instrumentos quirúrgicos y el material clínico en general, mientras que el personal de limpieza hace lo propio con las instalaciones, el mobiliario… Se trata de una labor delicada que ha de ser ejecutada por personal preparado, por lo que a veces los propios hospitales organizan cursos formación y reciclaje para el personal encargado de la limpieza y esterilización.
Periódicamente se realizan limpiezas de diferentes partes del quirófano. Por ejemplo, generalmente cada seis meses se desmontan y limpian las rejillas de ventilación, y cada mes se limpian a fondo todas las paredes de esta sala, si bien esta periodicidad puede variar en función del uso intensivo que se haga de las instalaciones. Cada semana se suele hacer una limpieza general de toda la zona quirúrgica, incluyendo los techos, los pisos, las paredes, los almacenes y los pasillos. Se quita el polvo y se limpia debajo de los muebles, moviéndolos si es necesario.
Suelos y mobiliario
Aunque el quirófano no se utilice, se recomienda limpiar como mínimo cada 24 horas el suelo, las superficies horizontales, las lámparas quirúrgicas, el mobiliario, el equipamiento médico, las manillas de las puertas, los lavabos de manos y las rejillas. Lo más conveniente es hacer un listado de los elementos que hay que limpiar cada día para llevar un seguimiento.
Cuando el quirófano está operativo, el suelo se limpia en su totalidad dos veces al día, al comenzar y terminar cada jornada. Lo mismo se hace con todas las superficies, los recovecos, el mobiliario y las lámparas. La camilla se cambia después de cada intervención. Para el suelo y las superficies metálicas, los servicios de limpieza utilizan agua, detergente y desinfectantes. Para limpiar la mesa del instrumental quirúrgico, las lámparas, los muebles y en general la zona próxima a la mesa de operaciones se aplica una solución limpiadora y desinfectante mediante un paño.
Además, hay que cambiar las bolsas de residuos clínicos tras cada operación. Los desechos hallados en el área quirúrgica, desde los orgánicos a la basura común, se clasifican y se recogen en su bolsa correspondiente. Los residuos sanitarios de los hospitales han de estar convenientemente identificados y clasificados para garantizar su adecuada eliminación, de acuerdo con la legislación vigente. Existen servicios especializados que recogen periódicamente los materiales orgánicos en los hospitales. Una vez se ha quitado la basura del suelo, se barre en húmedo y se pasa la fregona con agua y cloro, fregando en zig zag. Por su parte, las superficies y los aparatos se limpian con un cepillo adecuado o un trapo, aplicando cloro. También hay que limpiar del mismo modo la entrada al quirófano, el lavamanos, el área de recuperación y la zona de autoclaves. Los cepillos, las esponjas, los trapos y las fregonas utilizados se han de limpiar y desinfectar con cloro y guardarse secos.
Instrumental quirúrgico y ropa
En general, el equipamiento médico, que incluye el instrumental quirúrgico, debe limpiarse, desinfectarse y esterilizarse antes y después de utilizarse. Se limpia de polvo, residuos y cualquier otro material que favorezca la vida de los microorganismos, y se lava con agua caliente y detergente. Los instrumentos se desinfectan para destruir los microorganismos que producen enfermedades, como bacterias y virus, y se esterilizan para acabar con toda forma de vida microbiana incluidas las esporas y hongos. Este proceso se realiza en autoclaves de las unidades de esterilización, utilizando productos químicos o sometiendo los instrumentos a elevadas temperaturas. Como en el caso anterior, conviene disponer de una lista con los elementos a limpiar. El material desechable empleado en la cirugía se tira.
El material textil utilizado en las intervenciones quirúrgicas también se lava adecuadamente o se tira cuando es desechable. La ropa sucia se lava con lejía a 60 ºC durante 25 minutos como mínimo para acabar con los organismos patógenos. Como medida de precaución, la ropa, una vez limpia, se guardará a 15 centímetros del cuelo, como mínimo.
La higiene en los quirófanos también se consigue con medidas preventivas. Así, se recomienda mantener estos espacios a una temperatura ambiente de unos 22 ºC y una humedad del 45-60 % para impedir el desarrollo de las bacterias. Por otra parte, el aire debe circular desde dentro hacia fuera, desde la zona más limpia a la más sucia. Además, los profesionales que participan en la intervención deben respetar las normas de higiene: lavarse bien las manos, vestir el pijama reglamentario, cubrirse la cabeza con gorro y los pies con polainas, llevar guantes y mascarilla, etc.