Adquirir todo tipo de conocimientos se ha erigido como una cualidad indispensable para todas aquellas personas que desean encontrar un puesto de trabajo bien pagado y con una calidad incuestionable. En la actualidad vivimos en una sociedad completamente globalizada, y aunque lo lógico es especializarse en una sola materia, es cierto que complementarla con otros estudios es, más que importante, necesario.
Así las cosas, son muchísimas las personas que después de haber concluido sus grados, másteres o doctorados deciden seguir cursando otro tipo de estudios para poseer un currículum todavía más brillante y completo. Muchas empresas piden a sus profesionales que obtengan certificaciones en comunicación, relaciones públicas o dirección de empresas aunque la labor de dicha empresa nada tenga que ver con eso.
Es lo que ocurrió en mi caso. Durante mi etapa por la Universidad estudié Medicina y complementé mi formación con varios másteres que guardaban relación con dicha materia. Al poco de terminarlos me contrató una farmacéutica muy importante para que elaborara proyectos de investigación con el apoyo de otros compañeros. Sin embargo, sus instrucciones eran claras: debía obtener un grado en Administración y Dirección de Empresas porque para poder ascender en la escala organizativa era imprescindible conocer cómo gestionar una entidad de tales dimensiones.
No me parecía una mala idea y afronté el reto con ilusión. Trabajo en Barcelona, por lo que comencé a buscar en las universidades y escuelas de la ciudad para saber dónde podría cursar el grado que me pedían desde el trabajo. Uno de los compañeros del proyecto, al que también habían pedido la realización de grado, me comentó que él se había decantado por el grado que ofrecía www.formaticbarcelona.es, uno de los centros adscritos a la Universidad de Girona y que se encontraba en la Ciudad Condal. Decidí ver la información de aquella oferta y me convenció la propuesta. Me matriculé y al siguiente mes de septiembre ya estaba comenzando mis estudios en Administración y Dirección de Empresas junto con mi compañero.
De momento son dos los años que llevo estudiando allí, y compaginando esos estudios con el trabajo en la farmacéutica. También en el trabajo están contentos conmigo, porque son ellos los que financian gran parte de mis estudios y éstos no van a salir demasiado caros para la empresa. En cuanto a la calidad formativa de la Escuela, la verdad es que estoy muy contento. Los conocimientos de los que me estoy empapando son útiles y aplicables a la realidad, por lo que si asciendo y consigo un puesto como directivo en la empresa me enfrentaré a cosas que ya he visto y sé cómo tratar.
Todo conocimiento es importante
Antes comentaba que aspectos como la comunicación o las relaciones públicas también son importantes en una empresa como la nuestra, dedicada a la medicina. Estas ciencias son importantes en cualquier disciplina. Con el tiempo me di cuenta de que en la farmacéutica había mujeres y hombres a los que también se les exigían estudios complementarios, precisamente en comunicación y relaciones públicas. Y si estudiamos el por qué de ello veremos y comprenderemos su importancia.
Hoy en día, el hacer contactos se ha convertido en todo un arte que da de comer hasta a las empresas más importantes. Hasta tal punto que sin contactos nadie consigue nada: ni dinero, ni reputación, ni existencia. Por otro lado, el trato con la prensa, considerada como “el cuarto poder”, es elemental. La prensa es otro de los instrumentos con los que las empresas pueden relacionarse con la sociedad civil. Es necesario que esa sociedad sepa a qué nos dedicamos y cuál es nuestra función dentro del entramado industrial y empresarial del que se compone nuestro país. Así se nos valorará y respetará. Y de esta manera nuestro futuro estará mucho más garantizado.