No hay nada más saludable que disfrutar del aire libre, del campo, del sol, de la montaña y de la brisa. Del mar, de la montaña, de la arena… y es que de hecho está comprobado científicamente, vivir al aire libre favorece el buen funcionamiento del organismo, mejora el estado de ánimo y mejora la salud en general, en su sentido más amplio. Desde que a Andrés le diagnosticaron la enfermedad cardíaca intentamos llevar una dieta más saludable, por supuesto exenta de carne o de cualquier tipo de producto de origen animal, y rica en verduras y frutas frescas y de temporada. El ejercicio también ha entrado en nuestra vida para quedarse, y nunca nos saltamos el yoga, el pilates o las caminatas al anochecer por la ribera del río.
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